Estrategias de lectura

Leer es una actividad cotidiana que se aprende desde pequeños; casi todo el mundo sabe leer, en algunas sociedades leer es como caminar, es una actividad que hacemos de manera casi inconsciente cuando vamos por la calle o abrimos una revista. Pero ¿realmente sabemos leer? 
Leer no es simplemente decodificar unos signos, se requiere desarrollar estrategias para que el mensaje se entienda realmente y alcance el fin para el que fue escrito. ¿Qué estrategias podemos desarrollar? ¿Cómo leer bien?


Dependiendo de lo que queramos aprender nos interesará utilizar estrategias. No existen estrategias buenas y malas en sí mismas, pero sí estrategias adecuadas o inadecuadas para un contexto determinado. Los resultados que obtenemos, lo bien o rápido que aprendemos dependen, en gran medida, de saber elegir la estrategia adecuada para cada tarea.

Primero, examinamos rápidamente el texto para detectar sus puntos principales y localizar partes esenciales.  Esto ayuda a saber qué puedes esperar de la lectura que vas a realizar. A veces es importante fijarse en el título y el autor, y después en los títulos de los capítulos; también se puede dar una ojeada al prólogo y la conclusión para tener una idea general del tema del texto.
A veces es recomendable hacer la búsqueda del autor, aunque no siempre lo hacemos. Si es solamente un fragmento de un libro, se puede buscar el libro completo, para ver de dónde se extrajo esa parte, de qué hablaba el libro y, si es necesario, se puede dar una leída a otros fragmentos del libro. En ocasiones puede ser importante leer otras cosas que ha escrito el autor para tener una idea más acertada de lo que propone.

Posteriormente se debe de determinar el propósito de la lectura haciéndose preguntas acerca del tema y texto. Y  a continuación abordar de lleno la lectura. Al leer algo que está impreso, es aconsejable hacer notas al margen, preguntas o a veces, la indagación anterior con respecto a lo que dice el texto, para ello se puede usar un marcatextos y hacer notas en una libreta. Al escribir se  recuerda más fácilmente. Si la lectura es  en línea o en la computadora se puede subrayar con el marcador de textos y también insertar algún comentario, sobre todo si surge alguna duda. Al finalizar sugerimos poner en orden las ideas principales en una hoja de Word para tener acceso rápido a ellas.
Después de leer el texto hay que buscar las respuestas a las preguntas formuladas previamente, luego repetir en voz alta los puntos importantes del texto y registrarlos en forma escrita, finalmente al tener el borrador de las preguntas hay que  reforzar la lectura revisando las actividades anteriores.

Un ejemplo de cuando hemos usado estas estrategias: básicamente en todas las sesiones lo hemos hecho, pero requirió más esfuerzo de nuestra parte la lectura “Textos académicos”, de Teberosky, que la verdad estaba más pesado de leer, por la cantidad de tecnicismos que contenía.


1. Judith Rodríguez Nuñez
2. Ma de los Ángeles Varela Garza
3. Mireia Gussinyé Figueres
4. Carmen Valencia